El Instituto Tecnológico de Culiacán (ITC), en compañía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y algunas dependencias y asociaciones afines desarrollaron y completaron este año un sistema de refrigeración solar, el cual funcionando a base de celdas fotosensibles es único en su tipo en latino américa, el cual entre muchos de sus fines, busca reducir la contaminación ambiental mundial.
El dispositivo que cuenta con una interconexión de colectores solares, los cuales abarcan unos 48 metros cuadrados de extensión en las instalaciones del Instituto Tecnológico de Culiacán, trabaja con agua a temperatura entre los 90 y 100 grados Celsius y una mezcla compuesta por nitrato de litio y amoniaco que mediante una serie de tuberías y paneles enfrían la habitación, todo esto alimentado mediante el uso de energía de fotoceldas interconectadas en el exterior que están posicionadas para evitar cualquier sombra.
BENEFICIOS DEL NUEVO SISTEMA DE REFRIGERACIÓN.
Este sistema de aire acondicionado solar cuenta dentro de sus beneficios, los cuales cabe aclarar que se esperan al implementar el sistema a largo plazo y mayor escala:
“El principal beneficio que se plantea es la reducción del consumo de energía eléctrica para las familias. La factura eléctrica no sería tan elevada como lo es actualmente ante la demanda del uso de aparatos como minisplit. Otro beneficio es que los refrigerantes que se utilizan son amigables con el medio ambiente, lo que ayudaría a reducir el efecto invernadero y el cambio climático”, precisó uno de los involucrados en el proyecto Luis Alberto Domínguez Inzunza a la Agencia Conacyt.
El proyecto que inició en colaboración de diferentes instituciones para ayudar en zonas costeras de México, se transformó hasta desarrollarse completamente y ser un prototipo perfectamente funcional hoy en día gracias a egresados y estudiantes de doctorado de las instituciones educativas mexicanas.
Es de destacar que toda la tecnología que ha sido desarrollada, creada y aplicada es 100 por 100 mexicana, desde el equipo, pasando por los colectores, hasta el absorbedor del sistema de refrigeración, todo fue creado en Temixco, Morelos, donde se encuentra el Instituto de Energías Renovables de la UNAM, un avance sin precedentes en las opciones eco-amigables y socialmente responsables del país azteca.
Luego de la firma del convenio entre instituciones, en 2015 se comenzaron a realizar las diferentes obras de adecuación de terreno, suelo, caseta de ubicación y control, requerimiento de los paneles, energía y agua.
Todo esto luego de un análisis de temperaturas en México, lo cual fue un requisito indispensable para la creación y fundamentación del proyecto; seguido al análisis de esos datos vino la asignación del sitio, el cual fue dado al ITC para la construcción del mismo, puesto que varias instituciones a nivel nacional buscaban ser la sede de dicho desarrollo, pero Culiacán por ubicación, personal, espacio y sobre todo la temperatura en verano, que puede llegar los 45ºC, la hizo acreedora de dicho privilegio.
A futuro, Pedro Arturo Parra quien es estudiante de doctorado, esta trabajando un desarrollar otro sistema similar, pero a diferencia de este solar quiere basarlo en energía eólica, y afirma que también será instalado en el ITC.
“La idea es que en cinco o seis años se tenga algo fijo, definido y comenzar la comercialización del sistema, esa es la meta. La idea es conocer el sistema, entender los fenómenos termodinámicos, físicos, químicos y de transferencia de masa, para que ellos (los estudiantes de posgrado) puedan encontrar la magnitud de cada variable que permita ser eficientes al máximo posible con el equipo”, indicó.
El director del proyecto, el doctor Wilfrido Rivera Gómez, del Instituto de Energías Renovables de la UNAM, afirma además que se busca patentar el proyecto cuanto antes y con ello poder también conocer más a fondo las aplicaciones y versatilidad de las mismas para refrigeración de alimentos y no solo ambiental como está el prototipo en la actualidad.
Redactado para Correa y Cardenas por Tatiana Lezama