Guía práctica: limpieza y desinfección de evaporadores en cuartos refrigerados
Introducción
Los evaporadores son el corazón del intercambio térmico: extraen calor del aire del cuarto para mantener la temperatura objetivo. Con el tiempo, se acumulan polvo, biofilm y escarcha en las aletas y bandejas de condensados. Esta suciedad actúa como un abrigo indeseado, reduce el flujo de aire y obliga al compresor a trabajar más tiempo. Resultado: mayor consumo energético, inestabilidad de temperatura e incluso riesgos sanitarios.
¿Por qué es importante limpiar y desinfectar los evaporadores?
● Eficiencia térmica: aletas limpias = mejor transferencia de calor y ciclos de compresor más cortos.
● Estabilidad operativa: menos escarcha y obstrucciones reducen alarmas y paradas no planificadas.
● Inocuidad: la desinfección adecuada reduce cargas microbianas en bandejas y drenajes, clave para alimentos.
● Vida útil: motores de ventilador y compresores sufren menos por trabajo forzado.
Frecuencia recomendada
● Ambientes con polvo o grasas (plantas de producción, zonas urbanas): limpieza mensual o bimestral; desinfección según protocolo del cliente.
● Entornos moderados: cada 3 a 6 meses.
● Inspección visual semanal: actuar antes si se observa escarcha excesiva, olores, charcos o drenajes lentos.
Pasos para una limpieza y desinfección seguras
1. Planificación y seguridad: aplicar bloqueo y señalización (LOTO – Lockout/Tagout). Verificar ausencia de tensión. Usar EPP (guantes, gafas, mascarilla).
2. Deshielo controlado: detener ventiladores, permitir derretir escarcha; nunca usar objetos punzantes sobre el serpentín.
3. Desarme e inspección: retirar protectores; revisar cableado, bandeja y drenaje; sustituir piezas deterioradas.
4. Limpieza mecánica: cepillar en el sentido del aletado con cerdas suaves; aspirar o soplar aire a baja presión desde el lado opuesto al flujo.
5. Limpieza química: aplicar limpiador para serpentines compatible con aluminio; respetar dilución y tiempo de contacto; enjuagar a baja presión.
6. Desinfección: usar desinfectante apto para contacto indirecto con alimentos; atender bandeja y línea de drenaje (romper biofilm).
7. Secado y armado: proteger componentes eléctricos; verificar ausencia de humedad antes de energizar.
8. Puesta en marcha: energizar; comprobar ruidos/vibraciones, estabilidad de temperatura y ausencia de alarmas.
Indicadores prácticos a monitorear
● Diferencial de temperatura aire entrada/salida del evaporador consistente con el diseño del sistema.
● Consumo eléctrico del equipo antes/después de la limpieza (tendencia de mejora).
● Velocidad de escarcha: tiempo que tarda en formarse tras limpieza (no debe acortarse).
● Flujo de drenaje: evidencia de bandeja limpia y línea sin obstrucciones.
Errores comunes que encarecen el mantenimiento
● Aplicar agua a alta presión sobre el serpentín: deforma aletas y reduce superficie efectiva.
● Usar químicos ácidos o clorados no compatibles: aceleran corrosión.
● No enjuagar: residuos químicos generan olores y atacan metales.
● Ignorar la bandeja y el drenaje: origen de biofilm, reboses y olores.
● Realizar la limpieza con el equipo energizado.
Buenas prácticas y registro
● Registrar fecha, responsables, productos y observaciones (fotos antes/después).
● Proteger tarjetas/controladores durante el lavado.
● Coordinar con producción para intervenir fuera de picos de carga.
● Integrar la actividad en el plan maestro de mantenimiento preventivo.
Conclusión
Una limpieza y desinfección disciplinadas devuelven eficiencia al sistema, estabilizan la operación y protegen la inocuidad. Si necesitas una intervención profesional o un plan preventivo a medida, el equipo de Refrigeración CyC puede ayudarte.