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Gases refrigerantes y la salud humana

Para nosotros en Correa y Cárdenas Ltda., es muy importante dar a conocer los riesgos que tiene la manipulación inadecuada de los gases refrigerantes que utilizamos día a día en nuestros sistemas y equipos.

Este articulo no busca ser una guía ni manual, pero busca en todo caso reducir los riesgos y prevenir los accidentes que se puedan ocasionar por desconocimiento de las diferentes condiciones peligrosas, que aunque no son más allá de pautas y algunas reglas por comportamientos de fluidos y químicos, no todas las personas las conocen o recuerdan, y pueden llegar a ser pasadas por alto trayendo consecuencias graves.

Hacemos hincapié en que la seguridad es primero al trabajar con sustancias que pueden afectar la salud y poner en riesgo la vida de quienes laboran con ellos.

Bases

Los diferentes refrigerantes conocidos y utilizados para los sistemas que trabajamos son básicamente de dos clases: Naturales y Artificiales.

Dentro de la primera categoría podemos encontrar el NH3 o amoniaco, el CO2 o dióxido de carbono; estos no son tóxicos en pequeñas cantidades pero en caso de fuga pueden desplazar el oxigeno en espacios cerrados y afectar la salud causando desde mareos y picazón en las vías respiratorias, a perdida de conciencia intoxicación y ahogo.

En la categoría de artificiales caben los CFCs, HFCs, y los HCFC. Los Hidrocarburos también son peligrosos, no solo por los vapores que pueden generar problemas respiratorios serios, sino por su notable inflamabilidad.

Los refrigerantes artificiales como los HFCs y HCFCs tienen un nivel de toxicidad menor a otros pero igual son perjudiciales para la salud si se entra en contacto directo con ellos y las cantidades no son reguladas o controladas.

Efectos

Las consecuencias de una mala manipulación van desde fugas y escapes a la atmosfera, lo que se considera una mala practica, hasta quemaduras y explosiones como ya mencionamos en una nota anterior. Hoy profundizaremos en las consecuencias que tiene en la salud del personal relacionado.

Amoniaco:  Como mencionamos arriba los efectos van en la afectación de las vías respiratorias cuando su concentración es igual a las 100 partes por millón. Superior a esta cifra puede causar quemaduras y asfixia. También se puede dar ceguera e incluso la muerte.

CFCs: Estas sustancias ya no se producen en la misma cantidad para su uso como refrigerantes desde que sus componentes afectan la capa de ozono, pero su inhalación es todavía un factor de riesgo ya que sigue siendo utilizado en ciertos países por algunos sistemas y equipos.

HCFCs: Estos gases refrigerantes tienen un nivel de toxicidad bajo pero su exposición ya sea cutánea o inhalación pueden provocar algunos efectos como desorientación, somnolencia, perdida de la conciencia,  congelación de la piel, enrojecimiento y dolor en los ojos.

HFCs: En el caso de estos gases refrigerantes al igual que los HCFCs el nivel de toxicidad es bajo pero la exposición a través de la piel o su inhalación puede provocar efectos adversos como dificultad respiratoria, debilidad muscular, desorientación, y perdida de la conciencia.

Todos estos gases generan asfixia en grandes concentraciones, pero se puede prevenir utilizándolos con las medidas de seguridad y equipo adecuado.

En caso de presentar una eventualidad es conveniente que la persona sea atendida de manera oportuna en cualquier caso, ventilación si ha sido inhalación y seguido los monitoreos respectivos de presión y pulso, los primeros auxilios seguidos de prestar toda la atención en salud posterior necesaria, luego asegurándose que se ventile el área por profesionales; por quemadura con frio se debe lavar el área afectada por no menos de 15 minutos en agua templada de 25 a 37 grados centígrados.

Siempre se debe recibir atención medica por cualquier exposición a los gases en concentraciones no adecuadas para los seres humanos, informar y atender.

Imagen principal vía: https://www.dincorsa.com/

Redactado por Tatiana Lezama para Refrigeración Correa y Cárdenas Ltda.